Hoy rebosaba de envidia sana al leer estas palabras de Enrique Dans sobre una empresa gallega:
"Igalia, es una empresa gallega con gestión cooperativa, dedicada al desarrollo de software libre, con una importante participación en comunidades de desarrollo y, sobre todo, que afirma estar centrada en ofrecer un entorno de trabajo agradable, con autogestión de la jornada profesional, posibilidad de teletrabajo, estructura plana, inversión en su gente y muchos de los valores que se empiezan a considerar relevantes cuando en los tiempos que corren buscas personas con un determinado nivel de compromiso y capacidades."
Da gusto saber que existe gente por ahí con otras formas de hacer las cosas frente a las estupideces a las que algunos estamos acostumbrados.
1 comentario:
Pongo todo el comentario de Enrique Dans, ya que no tiene desperdicio:
"El entorno participativo y la Web 2.0 producen un cambio en las actitudes de las personas: de querer trabajar en un ministerio o en un banco y buscar fundamentalmente seguridad y empleo de por vida, a buscar proyectos motivadores en los que se generen otro tipo de valores de un nivel de ambición superior. El ser capaz de traer a trabajadores con esas características, a talento con motivación, exige a las empresas ofrecer paquetes completos que ya no incluyen únicamente sueldo, sino condiciones de trabajo, libertad de horario, localizaciones interesantes, y un entorno adecuado que haga que esas personas se encuentren a gusto en la compañía. Personas con facilidad para la rotación, para el paso por múltiples empresas en su carrera profesional, con una forma de relacionarse con el entorno que no responde a los valores que tradicionalmente ofrecían esas empresas que denominan a sus trabajadores “recursos humanos”. Por el momento, algo poco representativo, pero que me parece una evolución lógica y, en muchos aspectos, deseable de un entorno en el que la importancia del individuo, de ese “Tú” destacado en la portada de la revista Time, trasciende en muchos sentidos la relación habitual que la empresa pretendía tener con él. Ahora mismo, lo complejo resulta, para las empresas que pretenden este tipo de perfil, localizarlos y atraerlos, porque este tipo de personas aún son la punta del iceberg de una transformación social. En no mucho tiempo, seguirá siendo difícil atraerlos, pero no porque sean pocos, sino porque sólo algunas empresas lograrán responder al reto de resultar atractivas para ellos. Probablemente no pase mañana, pero es posible que la capacidad de atracción del talento adecuado se convierta en una de las variables más estratégicas a manejar en el entorno que se avecina."
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