No hay mal que por bien no venga. Eso es lo que debió de pensar Jerry Jalava, un joven programador de software finlandés que perdió parte de su dedo anular en un accidente de moto y decidió aprovechar el infortunio para implantar un lápiz de memoria USB en la prótesis que le fabricaron en el hospital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario