Uno no puede permanecer impasible ante el dolor del mundo.
Sobre todo de ese mundo donde han tenido la desgracia de nacer y donde los habitantes más afortunados de este planeta no quieren mirar.
Que dolor, viendo recoger cadáveres de gente que podían haber sido amigos, quizá familiares o al menos personas que aportarán otra visión de la vida al egoísmo que reina en nuestra sociedad.
Basta Ya de hipocresía!!!!!
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