martes, 27 de abril de 2010

Jordi Sevilla aportando sentido común

No, a la confrontación social como método

Sábado, 24 de Abril de 2010

He decidido no acudir a la manifestación "Contra la impunidad del Franquismo" y no por que esté a favor de dicha impunidad, sino por que me niego a formar parte de la sistemática confrontación social permanente en la que nos quieren meter. Todo parece que tiene que ser a favor, o en contra. De Garzón, del pacto educativo, de las medidas de Zurbano, del Estatuto de Castilla la Mancha, del Tribunal Constitucional, de la reforma laboral, la energía nuclear, ¿sigo?. Todo, todo bajo el mismo esquema: "O CON UNOS, O CON OTROS", sin matices, sin terminos medios, sin medias tintas. CUANDO LA DEMOCRACIA SON LOS GRISES, LAS MEDIAS TINTAS, LOS PUNTOS DE EQUILIBRIO Y DE ACUERDO. Siempre buscando culpables antes que soluciones. Deslizandose de forma peligrosa e irresponsable hacia una CONFRONTACION SOCIAL PERMANENTE, otra vez hacia las dos Españas, una de las cuales ha de helarnos el corazón. ME NIEGO A ECHAR POR LA BORDA LA TRANSICIÓN Y EL ESPIRITU CONSTITUCIONAL. Sin duda, soy un tibio. Es el problema de la razón. Que nunca la tiene toda, una parte.

  No voy a buscar culpables de esta situación. Pero quiero denunciar lo peligroso del momento actual, en el que el discrepante es un traidor y el adversario un enemigo al que hay que combatir sin tregua. ¿Donde quedan los valores de la democracia, la tolerancia, la pluralidad, el debate sin insultos, la búsqueda de soluciones entre todos? ¿Por que reforzar lo que nos separa en lugar de reforzar lo que nos une, como intenta Obama en Estados Unidos?

He contado, en otras entradas de este blog, mi teoría al respecto, basada en una doctrina electoral compartida por los dos grandes partidos de ámbito nacional: el voto es sentimental, hay que movilizar a la contra y en base a valores  definitorios de izquierda y derecha. Si no exiten elementos objetivos de confrontación, se crean de manera artificial porque el objetivo es que me voten los míos y desanimar a los votantes del adversario. El centro no existe y, al final, todo el mundo enfrentado a votar entre blanco o negro, elige de manera no racional, aunque sea tapandose la nariz.

No dudo que eso sea así. Pero tengo claro que NO DEBERÍA SER ASÍ, por tanto las estrategias electorales no deberían buscar la confrontación permanente e irresponsable por que se corre el riesgo de llevarse al pais por delante y acabar gobernando sobre un solar.

Poco se imaginaba Ortega y Gasset cuando recomendaba vivir la política con espíritu deportivo que, al final, le harían caso: cada vez más se quiere que vivamos la política según las normas impuestas por los forofos ultras de cada equipo. La minoría, la visión extremista de las cosas, se está imponiendo a la mayoría tibia. Al final, de nuevo "falangistas" y "rojos" enfrentados en las calles de Madrid ¿ES ESTO LO QUE PERSIGUEN LAS CUPULAS DE LOS DOS PARTIDOS? Y SI NO ES ASÍ, POR QUE NO LO DETIENEN.

Vamos de bucle disparatado de confrontación, en bucle disparatado de confrontación. Hasta la corrupción por parte de unos chorizos, que la experiencia demuestra que le puede tocar a todo el mundo, nos obliga a posicionarnos a favor o en contra de los chorizos según sean de un partido u otro. Cada vez que vemos un debate con representantes de los dos partidos, YA SABEMOS LO QUE VAN A DECIR SIEMPRE, SIEMPRE: EL OTRO ES PEOR.

La democracia es el único sistema en el que podemos vivir y trabajar juntos personas que no opinamos igual sobre todas las cosas. Que reconocemos que nadie tiene toda la verdad. Que lo correcto se alcanza tras un debate racional entre los distintos trozos de verdad. Que DISCREPAR ES LO NORMAL, PERO NO INSULTAR Y DESCALIFICAR AL QUE DISCREPA. Que tenemos que CUIDAR LA DEMOCRACIA COMO LA MAS FRAGIL DE LAS FLORES. DISCREPAR NO ES DELITO, aunque discrepen de lo que nosotros pensamos. Que los procedimientos están para reglar los desacuerdos, no para arrojárnoslos a la cabeza.
Lo que está pasando con la causa contra Garzón por las victimas del franquismo me parece un despropósito más dentro de un Poder Judicial que no tiene empacho en que sepamos cómo los cargos se reparten por cuotas, mientras algunas causas se acumulan durante años y otras, van a todo meter. No soy abogado, ni juez. Y tengo mi opinión que coincide, bastante con la de Felipe González. Pero como ciudadano, recomiendo la lectura del articulo de JORDI GRACIA en El Pais de hoy, donde dice: "La causa de las víctimas del franquismo debía haber estado protegida por la ley y amparada por el Estado y no expuesta a la lupa de un juez" y más adelante: "Si la izquierda en el poder no ha sabido blindar su propia memoria y la legitimidad de rescatar e identificar los cuerpos de los muertos de las cunetas, la culpa no ha sido del franquismo residual".

Tal vez, si las leyes hubieran sido otras desde hace tiempo, Garzón no hubiera sentido la necesidad de intervenir y nos habríamos ahorrado este espectáculo circense que coloca a España, otra vez, ante los medios internacionales, como el país de pandereta que fué. En democracia, las manifestaciones en la calle son legítimas. Pero las cosas se cambian en el Parlamento con propuestas, leyes y normas eficaces.

Me niego a vivir en la confrontación como método electoral. Sorprende la cantidad de amigos que se han sorprendido de que haya escrito un libro sobre la crisis económica con una persona que piensa muy distinto de mi y, además, que seamos amigos. Cuando mi hijo, casi en edad de votar, me preguntó extrañado si yo tenía amigos "de derechas", comprendí la profundidad del daño que estamos haciendo, otra vez, a España. Sobre todo, aquellos que dicen amar a Azaña, pero luego se comportan más como Gil Robles o como Largo Caballero.

Por eso, timidamente, sin acritud pero con firmeza, os convoco a que ENVIEMOS MASIVAMENTE MENSAJES A LAS WEBS OFICIALES DE LOS DOS GRANDES PARTIDOS CON UNA IDEA CLARA: "SI NO DETENEIS LA CONFRONTACION PERMANENTE, NO OS VOTAREMOS". Que, al menos por nosotros, ciudadanos demócratas, mayoría abrumadora del pais, no quede.

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